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sábado, 29 de octubre de 2016

Un nuevo paradigma de formación



Iniciemos planteando que los profundos cambios operados en los modos de entender los procesos de enseñanza y aprendizaje configuran un nuevo paradigma de formación. Como señala Reigeluth (en Escontrela y Stojanovic, 2004), la definición de educación tiene que incluir lo que numerosos teóricos cognitivos definen como "construcción", el proceso para ayudar a los estudiantes a elaborar sus propios conocimientos. Señala el autor que "La educación debe definirse de un modo más amplio como todo aquello que se hace para facilitar un conocimiento lleno de significado." (op. cit.)
En el concepto de "construcción" confluye toda una nueva visión del aprendizaje y una manera distinta de entender la producción de conocimientos. Este concepto tiene profundas consecuencias tanto en la organización del proceso pedagógico, en los roles de profesores y estudiantes, como en las características y funciones de los medios y recursos para el aprendizaje. En este sentido, Carretero apoya la posición de Díaz Barriga y Hernández (en Escontrela y Stojanovic, 2004), cuando al referirse al constructivismo apuntan:
Básicamente puede decirse que es la idea que mantiene que el individuo tanto en los aspectos cognitivos y sociales del comportamiento como en los afectivos no es un mero producto del ambiente ni un simple resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia que se va produciendo día a día como resultado de la interacción entre esos dos factores. En consecuencia, según la posición constructivista, el conocimiento no es una copia fiel de la realidad, sino una construcción del ser humano. ¿Con qué instrumentos realiza la persona dicha construcción? Fundamentalmente con los esquemas que ya posee, es decir, con lo que ya construyó en su relación con el medio que le rodea. (p. 27).

Es así como la visión constructivista del aprendizaje sostiene que la finalidad de la educación es promover los procesos de crecimiento personal del discente en el marco de la cultura del grupo al que pertenece. En consecuencia, los procesos de formación deben promover tanto la socialización como la individualización que permita a los estudiantes construir una identidad personal en el marco de un contexto social y cultural determinado. 

lunes, 24 de octubre de 2016

El hacer del docente




En estos tiempos, al preguntarle a un docente por cuál teoría de aprendizaje se guía en su praxis, es muy probable que de manera inmediata conteste “el constructivismo”, pero esto parece cuestión de moda porque al solicitarle que argumente su respuesta, más de uno termina confundiendo las teorías conductistas con las cognitivistas y con el enfoque constructivista. 

En nuestra realidad de país cuando revisamos la acción docente, encontramos profesionales que no reconocen el estilo de procesamiento de información que prefieren sus estudiantes y ni qué hablar de diseñar su clase considerando otros parámetros además del currículo; entonces cabe preguntarse ¿por qué un significativo número de docentes omiten ese diseño en su hacer pedagógico, siendo que trabajan con el elemento más valioso de la humanidad, el hombre en formación?; ¿por qué la mayoría de las instituciones encargadas de formar docentes, obvian el complementar la teoría con la práctica, provocando en el futuro docente la reflexión sobre esa teoría y su aplicación; por qué los formadores pasan por alto, durante las pasantías de sus estudiantes, indagar las razones que llevan a ese estudiante a utilizar uno u otro enfoque didáctico y cuáles son las estrategias a aplicar según ese enfoque, cuáles criterios asume el estudiante en formación para esas tomas de decisiones.