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lunes, 30 de enero de 2017

La tradición, compañera de la educación




El hombre es un ser social, gregario  por naturaleza, es lo que llama Brezinka “un ser de tradiciones”, por ello cuando se habla de educación es de considerar los bienes transmitidos por la tradición y su reconocimiento público. Esto implica que los docentes deben ayudar a sus estudiantes, no solo a lograr las competencias cognitivas, procedimentales y actitudinales que requieren para desenvolverse dentro de la sociedad mundial, sino también ayudarles a comprender y aceptar los bienes tradicionales esenciales de su sociedad de origen, a apropiarse por sí mismos de los saberes y capacidades que esas tradiciones comportan, adaptar las tradiciones al tiempo en que viven, mejorándola.
Especialmente las tradiciones religiosas y culturales, debido a que su razón de ser radica en la fe y justificaciones místicas. Con ello se alimentan las raíces del ser a su patria y se robustece la idiosincrasia. La pérdida de los valores culturales y religiosos trasciende al ser, produciendo inseguridad, riesgo y desarraigo.
En esta línea de ideas, vale comentar una tradición propia de los estados andinos de Venezuela (Táchira, Mérida y Trujillo), a cumplirse a partir del 25 de Diciembre hasta el 2 de febrero, se trata de la Paradura del Niño. Este evento lo llevaban los andinos a cualquier región del país a la que por diversas circunstancias se mudaban. Hoy en día esa tradición se está perdiendo, algunos aducen que por las condiciones actuales de la sociedad venezolana, otros por la dinámica de la sociedad y un tercer grupo porque ya ha sido afectado por el desarraigo.
La Paradura del Niño le brinda homenaje al Niño Jesús, al evento son invitados vecinos, familiares y amigos, se alaba al Niño con cánticos y rezos (cantos alusivos y el rosario) y al concluir se reparte opcionalmente comidas y dulces, pero  siempre al final, se obsequia a los asistentes con un trozo de bizcochuelo. Hasta hace relativamente poco tiempo, ese bizcochuelo se preparaba en casa, con la receta de los antecesores, pero hoy las familias prefieren comprarlo en las panaderías.
La Paradura del Niño es una tradición cargada de sentimiento católico, marcado por la fe y el compartir, que en mi humilde opinión, debe ser trasmitida a nuestros niños y jóvenes venezolanos, aunque no sean andinos y para facilitar la celebración, pongo a disposición de mis lectores una serie fotográfica con las indicaciones para preparar un rico bizcochuelo, para ello accedan a la siguiente dirección Web  http://www.picturetrail.com/sfx/flicks/preview/9150840 y la invitación al Sito Web http://www.ivenezuela.travel/la-paradura-del-nino-es-una-tradicion-andina/ para que conozcan un poco más de esta bella tradición.